jueves, 14 de febrero de 2013

Las enfermedades y el verano


Llega el verano y con él las altas temperaturas y las fuertes lluvias. Estas típicas características meteorológicas pueden traer aparejados riesgos para nuestra salud que implican tomar algunas precauciones para prevenir enfermedades que se incrementan en esta temporada. Muchas de ellas provocan molestias, gastos imprevistos y algunas pueden, incluso, ser muy peligrosas.


Entre las enfermedades típicas que poseen un mayor riesgo para nuestra salud están las diarreicas. Éstas pueden estar producidas por un virus que penetra a nuestro organismo por vía aérea ocasionando fuertes gastroenteritis o por las consabidas bacterias o parásitos provenientes de alimentos que, por acción de las altas temperaturas, se descomponen con facilidad.

El principal riesgo de estas enfermedades que llamamos diarreicas es que en pocas horas pueden ocasionar la deshidratación severa en una persona por efecto de sus síntomas la diarrea y los vómitos. Esto es especialmente peligroso en los niños y las personas mayores.

Otras enfermedades típicas del verano son las respiratorias como la faringitis, la bronquitis y la otitis o inflamación de oídos.

Asimismo, las altas temperaturas, la resequedad ambiental o, por el contrario, la humedad, también afectan a nuestra piel, ocasionando infecciones producidas por hongos o la dermatitis por alergias.


Desde hace ya algunos años, en nuestro país se ha instalado el Dengue, enfermedad producida por la proliferación de mosquitos transmisores que son activos en el verano y que encuentran en los charcos producidos por las lluvias su hábitat ideal.

Nuestras recomendaciones para poder disfrutar de esta temporada veraniega son:
  • Alimentarse adecuadamente y cuidar mucho la higiene y frescura de los alimentos que consumimos y, en lo posible, no hacerlo en puestos callejeros.
  • Cuando salga de vacaciones es conveniente hervir bien el agua que se va a consumir o consumir agua embotellada.
  • Es saludable cambiar de inmediato la ropa húmeda en caso de haberse mojado.
  • En lo posible evite los cambios rápidos de temperatura al utilizar ventiladores o aires acondicionados.
  • Es muy importante evitar estar expuestos directamente a los rayos del sol durante las horas fuertes para prevenir el cáncer de piel, las quemaduras y las dermatitis. Siempre utilice un protector solar.
  • Proteger la piel del calor y de la humedad excesivas que producen resequedad. Para ello recomendamos  limpiarse bien todos los días y aplicar cremas específicas.
  • Evitar la acumulación de agua en baldes o recipientes al aire libre y la formación de charcos, sobre todo en lugares cercanos a las costas o en zonas tropicales.
  • Ante cualquier síntoma de enfermedad o infección recurrir siempre al médico y evitar la automedicación.
  • En caso de diarrea hidratarse adecuadamente y si ésta continua deberá acudir inmediatamente a la clínica más cercana.

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